22.9.13

[Reflexiones] Hipertrofia comunicativa: de los excesos de las telecomunicaciones, teléfono, internet, chat, Whats...

Muy contento me encontraba por la innovación de mi tema hasta que dando un clic en el buscador más utilizado del mundo, me encontré que sobre la hipertrofia comunicativa muchos otros me han adelantado. Sin perder el ánimo por ello, me decidí a poner por escrito esta breve reflexión que circula en mi cabeza desde hace una semana.

El punto es que desde que volví a México trato de conectarme con "mi gente" y el asunto es que cada vez distingo que usan diferentes redes. Esto me ha obligado a buscar una línea de teléfono celular con la que tengo un número TELCEL que me permite también tener Whats App y así comunicarme "gratis" con quienes tienen esta última, y "más barato" con los que tienen celular.



Pero eso no basta. Para conectarme a Internet desde casa, me ví en la necesidad de contratar una línea telefónica fija. Gracias a ella, ahora tengo derecho a 100 llamadas "gratis" a números 044 (para quien no está en México, es el número que uno debe anteponer para llamar a un celular desde un "no celular"), 100 llamadas "gratis" a otros número TELMEX y otras 100 a números de Lada nacional (es decir, fuera de Oaxaca, donde vivo).

Si pongo al menos 200 pesos a mi teléfono celular, mis llamadas cuestan 0,98 pesos (a cualquier celular del país, incluido NEXTEL), lo que en un cálculo breve significa que tengo casi 200 minutos de llamadas por celular.

Gracias a estos "pilares comunicativos" ahora puedo escribirme también con Mariana, amiga argentina, que utiliza Messages (para Mac), con Alland que prefiere Facetime (también Mac) o con otros amigos que usan Skype... e incluso puedo comprar crédito para este último y así llamar a cualquier lado del mundo con tecnología IP (Internet Protocol). Claro, con mi celular se agregan los SMS, que ignoro cuanto cuestan, pero todo mundo usa.

Ya dentro de internet, las redes sociales me permiten comunicarme vía Twitter, Hangout (o chat de gmail), Facebook (aunque me resisto a ser víctima del voyerismo social), LinkedIn y Google +. Decidí ya no usar Messenger y el chat de Yahoo hace algunos años.

¡Estoy conectadísimo! Pero encuentro pequeños detalles que simplemente no me gustan: primero, que 200 minutos de celular + 300 llamadas a teléfonos cuestan 600 pesos (unos 50USD). de gratis no tienen nada y además contribuyen al peculio del Sr. Slim, el monopólico titán de la comunicación; segundo, que las redes sociales, sumadas a los medios de comunicación por Internet (y mi vicio por Twitter) significan al menos un par de horas al día dedicados a la "socialización" cibernética.

En tercera instancia, que esta enorme cantidad de posibilidades de tejer redes, armar contactos, compartir información, comunicar o como le queramos llamar, no hace que tenga mejores conversaciones con toda esa gente a la que estimo. A lo más, me permite enviar y recibir breves y cortos mensajes -generalmente cortoplacistas- que no mejoran gran cosa el intercambio de información fundamentada, personal o razonada (ya no digamos que permitan un buen debate). Son, a lo sumo, destellos informativos en este mundo de hipertrofia comunicativa. 

Por ejemplo, quise leer con atención la propuesta de reforma hacendaria que presentó el gobierno en turno y "sólo" la propuesta de ley tiene 495 páginas; qué decir de reglamentos, textos de motivación y demás documentos que le acompañan; la cantidad de videos, fotos y artículos que circulan son  imposibles de seguir. Qué decir del mundo de tuits, posts, chats y demás mensajes en el aire.

Esto no es nada nuevo, pero me permite, ahora sí, llegar al fondo de este asunto: como no hago uso de todos los minutos a celular, ni de las llamadas disponibles en mi línea fija (que por supuesto tienen decenas de "trucos" -como el hecho de que llamar a un número 045 sí cuesta, o que tener el paquete de datos en TELCEL significa que tengo que comprarlo por separado), hay una gran cantidad de "llamadas gratis" no utilizada y sin embargo, una gran renta que pagar... es así como hacemos a los grandes millonarios de este planeta... y a nuestro mexicano más rico del mundo.

¡Y pensar que cuando vivía en Argentina sólo compartía el costo de internet con mi compañero de casa (unos 15 USD)! Me parece que ganamos en comunicación cuando somos capaces de limitarla y aprovechar sus ventajas sin permitir que golpee nuestros bolsillos y nuestras atrofiadas neuronas... Yo le pienso poner un freno a todo esto.

¿Y tú, te desconectarás de alguna de tus redes para estar mejor conectado, o simplemente permitirás que la hipertrofia comunicativa te lleve a un paro económico o neuronal?
Que tengas una excelente semana!

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