11.12.15

[Libros] El Padura chino: Qiu Xiaolong y su Seda Roja

Siempre en busca de cosas distintas y con una mirada en Asia, me encontré ahora con Qiu Xiaolong, autor chino editado por Tusquets (sí, esos libros de portadas lindas en fondos negros y de la colección andanzas). Me permito hacer unas notas. 

Portada: 99%. El medio cuerpo de una mujer vistiendo un Quipao (el clásico vestido mandarín) de color rojo, con una abertura en la pierna y la mano en la cintura. Unos símbolos chinos incomprensibles, justamente misteriosos y un título "Seda Roja". ¿Quién no se iba a sentir atraído? 

Contenido: a evaluar por el lector. Quien redacta tiene una percepción que no alcanza el 8 en escala de 10, aunque reconoce que la novela policiaca no es precisamente su adoración. Digamos que el 1% de queja de la portada es el cuadrito que no vi y que dice "Serie inspector jefe Chen Cao". Resulta pues que el jefe Chen es una especie de Mario Conde de Padura: un policía de la ciudad que se dedica a cazar a los malos por medios poco ortodoxos y que mezcla su amor a la literatura con la investigación criminalística. El alter ego de Padura y de Xiaolong que decidieron ser escritores porque no pudieron ser policías.


La historia se refiere a una serie de asesinatos en los que varias mujeres son interceptadas por un enfermo mental que tuvo problemas en la niñez. El malo las desnuda y luego las viste con un Quipao rojo con roturas en los costados. El policía Chen va descubriendo, poco a poco y con la ayuda del psicoanálisis y la literatura clásica china, las razones del asesino al tiempo que hace su tarea de maestría sobre las femmes fatales.

Seguramente lo que es más rescatable para un intento de sinólogo como un servidor es lo que sucede en la China contemporánea: primero el crecimiento de Shanghai y cómo se ha dado -se mezcla la trama con la construcción de edificios y la corrupción rampante en el país a causa del dinero y de todo lo inmobiliario-, enseguida la convivencia entre los viejos comunistas y un mundo que se abre de lleno al capitalismo, sin restricciones ni orden. Las descripciones gastronómicas, de los sitios de citas y de algunas zonas de la ciudad son entretenidas para quien, como yo, solo tiene la ocasión de imaginárselas de forma virtual. 

Un mundo interesante, el de la China con dos sistemas, que intenta invisibilizar en la línea arquitectural los milenios de historia que aún transmiten sus pobladores y zonas antiguas, sin darse cuenta que su energía y sus fantasmas, permanecen.






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