- Una cosa lleva a otra, -le dijo. Primero conoces a alguien, luego sigues los hilos y cuando te das cuenta, estás en la red.
-¿La Red? -Preguntó
-No, la red. Simple, llana, sin mayúsculas. El entramado. Eso que te rodea y haces con hilos de todos los colores, de todos los estilos. Esa que tejes sin darte cuenta, cada día. La misma que llenas de nombres, de caras y de objetos, cada mañana y cada noche.