15.1.18

[Reflexiones] Un futuro largamente postergado


Este año llego tarde: los primeros días de trabajo se me quedaron debajo de las sábanas y detrás de los restos de fiesta del 2017. La clave del blog se perdió y nadie pudo encontrarla hasta bien entrado enero. Unos dicen que apareció sola, otros cuentan que hubo que sacarla de las urgencias del hospital donde sufría una congestión alcohólica. La realidad es que nadie supo de dónde salió, pero en algo coinciden: llegó con un brillo inusual.


El año empieza con mucha fuerza y un toque distinto: su amigo escritor –el que esto redacta– siente el mismo hartazgo que se vive por doquier en el país y resumiría como: "¡Ya no más de lo mismo!" Algo se alineó (los soles, las estrellas, las energías, los planetas) y al igual que aquel viejo artefacto que apareció en la película de Cronos, el bicho salió de su letargo para inyectar una sustancia extraña en mi fluido sanguíneo: llegó el tiempo de dedicar a la escritura más de la agenda.