16.2.20

[Reseñas] El jinete fantasma... Neil Peart (Ghost Rider. Travels in the Healing Road)


Neil Peart. El jinete fantasma que halló el amor. 
Samuel Bedrich

No voy a hacer una reseña muy larga sobre este libro que me gustó mucho. Solo diré algunas de las cosas que más me llamaron la atención. Ya hace un par de semanas publiqué mi opinión sobre el grupo y mi experiencia personal (acá), pero acá quiero referir al libro. 

Cuando comencé a leerlo, me llamó la atención lo mucho que se parecía la forma de relatar un viaje en palabras de un motociclista. De hecho, me dije que si lo hubiera leído antes de hacer "Al final del pavimento", tal vez no lo lo habría escrito. O no sé muy bien qué hubiera cambiado. Sí: tal vez habría sido una autobiografía y no una novela. En fin. 


En la medida que fui avanzando noté el enorme trabajo de Peart: por un lado habla consigo mismo tomando notas de su propia bitácora que complementa con reflexiones en el escritorio, pero también a partir de las cartas que le escribió a uno de sus amigos que, justo cuando más lo necesitaba, fue apresado y no pudo tener otro contacto que por misivas y de vez en cuando llamadas telefónicas. Peart era un devorador de libros. Debe haber comprado –y leído– en 55,000 millas de recorrido, al menos unos ochenta volúmenes. 

 

Me sorprende también la similitud de sus lecturas con las mías. Peart busca más autores locales que le cuenten la historia del lugar en el que está: algo que he intentado hacer toda mi vida. En Perú me empapé de Ribeiro, Scorza, Mariátegui, Arguedas; en Argentina de Sarmiento, Quiroga, Borges, Mansilla; en la Baja, Fernando jordán o Steinbeck, y así en cada sitio en que he radicado, pero además coincidimos en sus clásicos del viaje: Hemingway, London y hasta Chatwin. Todos ellos, dice, Ghost Riders, porque de algún modo siempre viajaron a su modo y de forma independiente, solitaria, para descubrir, vivir y tener algo que contar. En cada sitio en el que estuvo visitó una librería local, compró y leyó mientras descubría cada espacio y las costumbres locales. He sido más lento, pero también intentado algo similar. 

Peart es también excelente para contar el clima, el paisaje, la forma de hablar, de conducir. Él también dice que se pierde mucha información cuando uno va pensando en el casco, porque no tiene donde escribirla, pero también aprendí que un gran esfuerzo que hizo se refirió a pensar cómo describir lo que encontraba en el camino. Hallar la forma de contar un paisaje. Nada simple. 

Viajero de distancia, yo sueño con eso, uno y otro día: me interesa moverme en tramos largos. Será por eso que he dejado de salir los domingos. Me interesa viajar para escribir; a él también le gustaba, aunque en realidad viajaba para huir de sí mismo y de los problemas que enfrentó. Su corte de escritura, realmente muy emocional, profundo y descriptivo, con decenas de referencias todo el tiempo, es sin duda recomendable y digno de sumarse a los grandes viajeros. 

Cuando escribió sobre Alaska entendí mucho, si no es que casi todo: el gusto por los espacios vacíos, la soledad: lo que viví a mi modo en las carreteras del Perú, de Argentina, de la Patagonia, donde nadie puede venir a tu rescate y eres tú –con tu moto– frente al mundo inhóspito. Solo lo comprende quien ha hecho viajes largos por espacios perdidos. Por eso me gustaría tanto hacer Mongolia. El reto de estar solo, de caer de accidentarse, sin que nadie te apoye, pero al mismo tiempo, la posibilidad de conocer tus límites y alcances. Gusto y posibilidad de salir rápido de un lugar que no te convence. Privilegio de motociclistas. 

No. No voy a contar más del libro, de su texto, de los 17 capítulos, de las 460 páginas. Solo diré que te puede ayudar a entenderte mejor, que sirve para conocer Estados Unidos, Canadá y ver cuál era su percepción sobre México. También es de utilidad para aprender más de esta super banda, Rush, que sin Neil no habría llegado hasta el punto en el que estuvieron. RIP Neil, RIP Rush, pero también bravo por el trabajo de equipo que realizó esta banda. "Solamente" duraron 40 años en acción. 


¿Con qué me quedo? con ganas de seguir viajando, de seguir escribiendo (lo que sigue es otro avance al texto sobre la Baja California, que hice el año pasado), y de continuar haciendo motociclismo como terapia de vida, como posibilidad personal de desarrollo, de comprensión de mi mundo. Me quedo con mi canción favorita, Bravado, al final del texto; me quedo con ganas de hacer Alaska, los parques nacionales de USA, la Highway 99, llegar a Vancouver y qui sait? hasta de ir a visitar a mi hermana hasta Toronto. 

Tiempo, tiempo, tiempo, dame una oportunidad.


Peart N. 2002. Ghost Rider. Travels in the healing road. 

Si quieres escuchar Bravado y leer sus palabras al mismo tiempo, aquí

2 comentarios:

  1. Muy interesante, tengo el libro en inglés. Y esperaba que estuviera en español, idioma materno. Gracias por el resumen y comparación. Saludos desde Perú

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    1. Hola William! Lo encontré a duras penas en inglés. Dudo que haya Sido traducido, pero qué bien que lo pudimos leer. Muchos saludos hasta tu linda tierra, que quiero mucho.

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