24.3.19

[Reseña + reflexión] Sobre White Spider de Heinrich Harrer.

Va una reseña de libro combinada con un epitafio, porque siempre es tiempo para recordarnos que hoy estamos y que mañana nos fuimos. Con agradecimiento y respeto para José, un buen amigo (si me permiten el atrevimiento), a quien se le ocurrió irse a la mitad de marzo.

Con frecuencia me acuerdo de una entrevista que hicieron a Saint-Exupéry, el papá del Principito: le preguntaron si tenía miedo a la muerte –y él, que hacía vuelos rasantes con su avión en plena guerra para fotografiar las instalaciones alemanas– parsimonioso, respondió: "Un hombre, después de los treinta, ha vivido lo suficiente como para no tener miedo a la muerte". Se me quedó grabado porque justo rondaba mi primera treintena y, desde ese momento, a la Parca le tengo respeto, pero no miedo.

10.3.19

[Cuentos] Yagul.


Yagul

No sé si lo viví o lo soñé, pero ayer que estuve en Yagul me di cuenta que pasó ahí. O que sucederá en ese lugar. El tiempo es incierto, irreal y hasta anacrónico. Si viviste un “déjà vu”, sabes a qué me refiero: comprendes que pudo haber pasado antes: en otra vida o ayer; que puede estar sucediendo en el futuro inmediato que tu mente aún no procesa.

Si te arriesgas a la ficción de los sueños premonitorios o a la utopía de los recuerdos ancestrales, coincidirás conmigo: el tiempo no es cosa lineal, Einstein tenía razón; los adivinos podrían existir y la reencarnación explicaría las complejidades del tiempo cíclico: Doce monos, El Relato más hermoso del mundo, Funes el memorioso... Todos ellos serían parte de la inescrutable irrealidad del oxímoron y de lo incomprensible: pasado del futuro, anacronía temporal, visión irreal.