Con frecuencia me acuerdo de una entrevista que hicieron a Saint-Exupéry, el papá del Principito: le preguntaron si tenía miedo a la muerte –y él, que hacía vuelos rasantes con su avión en plena guerra para fotografiar las instalaciones alemanas– parsimonioso, respondió: "Un hombre, después de los treinta, ha vivido lo suficiente como para no tener miedo a la muerte". Se me quedó grabado porque justo rondaba mi primera treintena y, desde ese momento, a la Parca le tengo respeto, pero no miedo.
[Desde 2006]
Bienvenidos a mi mundo de sueños, de fotos y de escritura.
Este blog ha pasado por muchos cambios y este año festeja 15 años.
A los 48 años, los sueños de escritor tienen que comenzar a cumplirse...
24.3.19
[Reseña + reflexión] Sobre White Spider de Heinrich Harrer.
Va una reseña de libro combinada con un epitafio, porque siempre es tiempo para recordarnos que hoy estamos y que mañana nos fuimos. Con agradecimiento y respeto para José, un buen amigo (si me permiten el atrevimiento), a quien se le ocurrió irse a la mitad de marzo.
10.3.19
[Cuentos] Yagul.
Yagul
No sé si lo viví o lo soñé, pero ayer que estuve en Yagul me di cuenta que pasó ahí. O que sucederá en ese lugar. El tiempo es incierto, irreal y hasta anacrónico. Si viviste un “déjà vu”, sabes a qué me refiero: comprendes que pudo haber pasado antes: en otra vida o ayer; que puede estar sucediendo en el futuro inmediato que tu mente aún no procesa.
Si te arriesgas a la ficción de los sueños premonitorios o a la utopía de los recuerdos ancestrales, coincidirás conmigo: el tiempo no es cosa lineal, Einstein tenía razón; los adivinos podrían existir y la reencarnación explicaría las complejidades del tiempo cíclico: Doce monos, El Relato más hermoso del mundo, Funes el memorioso... Todos ellos serían parte de la inescrutable irrealidad del oxímoron y de lo incomprensible: pasado del futuro, anacronía temporal, visión irreal.
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