6.3.16

[Viajes] Domingo de motos. Huajuapan de León.


La cita fue a las 9:00 AM. Como siempre, largamos las amarras los que estuvimos. Del nutrido grupo de 5 que esperábamos, salimos dos motos y tres personas. En realidad basta una moto y un conductor para hacer un viaje de los bikers independientes, como nos autobautizó uno de los amigos. 

El destino no estaba claro. Una noche antes todavía pensábamos en Tehuacán, pero sabíamos que cerca no es. El día nublado y frío nos puso a pensar, pero igual decidimos avanzar hacia Cuicatlán y ahí veríamos si seguíamos o no. La ventaja de ir en dos motos es que siempre es más fácil cambiar de planes en la mitad del camino. 

Como siempre, el destino nos hizo la misma broma y en la gasolinera de Huitzo decidimos trocar dirección e ir hacia Tamazulapam o Huajuapan de León. Conocer un lugar distinto siempre es más interesante que ir a uno conocido, y como Oaxaca "solo" tiene 570 municipios, no es difícil decidir por el cambio. 



Decidimos tomar la carretera libre, esa que tiene más curvas y es más imperfecta. De Huitzo, hacia Nochixtlan, luego Yanhuitlán, enseguida Tamazulapam y de ahí a Huajuapan. Doscientos kilómetros, pero casi tres horas de camino. El que no sabe curvear, en Oaxaca aprende a la buena o la mala. Después de más de 20 topes y unos 254 mil hoyos, llegamos al centro de Huajuapan, como llevados por el olfato. 


¡Vaya sorpresa! Una ciudad limpia, con más de cuatro bancos, tres distribuidoras de autos, un mercado con baños en excelentes condiciones, una casa de cultura y un palacio municipal abierto a toda la población con unos murales hermosos, un pequeño jardín etnobotánico, un zócalo verde, rebosante de aves y hasta un vendedor de libros... y su propio cine. Y no cualquiera: uno de esos que conocimos en nuestra niñez: local, con películas extranjeras (se projecta Les soeurs fachées, francesa) y permanencia voluntaria. 

Algo hay que lo hace a uno sentir en los límites con Guerrero, aunque en realidad está más cerca de Puebla. En Huajuapan hacen unas nieves deliciosas en el zócalo... y venden Yoli! Una señal más de la cercanía con la costa guerrerense. No hay Oxxos, sino pequeñas cadenas locales. Según datos de INEGI (2009) Huajuapan es la quinta economía del estado... aún por arriba de Huatulco. ¿Qué tal?

Después del desayuno en el mercado nos dirigimos a caminar un poco y visitar el palacio municipal. Ciudad heroica, Huajuapan fue sitiada por el ejercito independentista y luego tomada en 1812. En el palacio hay audiencias con el presidente los miércoles, los autos se paran cuando cruzas la calle y hasta se puede subir al balcón desde el que se da el grito los 15 de septiembre. Una buena sorpresa de domingo. 

Había sido lindo curiosear un poco más, pero el tiempo siempre es corto y había que volver. A las 3PM enfilamos de regreso a Nochixtlán, a donde llegamos 75 kilómetros más tarde, tras atravesar por paisajes semi desérticos, curvas amplias  y buenos rebases. La moto, una vez más, prueba sus virtudes como vehículo entretenido, proveedor de adrenalina, sonrisas y buenos pensamientos. Sin duda una pasión difícil de abandonar.

Sol, clima fresco y algo de tráfico, pero en general un avance lindo. En Nochixtlán decidimos tomar la autopista, pues el día se acortaba. El regreso, después de todas esas curvas es un poco soso, pero no deja de ser entretenido: hay que cuidarse de las patrullas de federales y del fuerte viento. Si se pone un poco más de velocidad, puede ser menos tediosa... lo que es cierto es que ahorra al menos cuarenta minutos, sobre todo por la zona semi urbana que hay entre Oaxaca y Huitzo, donde los topes crecen como mazorcas y los mototaxis como mosquitos en pantano. 

El regreso por autopista reduce el tiempo a dos horas de ruta: a las 5 PM estábamos de vuelta en Oaxaca, listos para disfrutar una rica comida y volver a la hamaca que siempre nos recibe con las redes abiertas. Hasta la próxima salida!








                        

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