Hace unos días que algunos de mis amigos intercambian correos sobre política. Parece que todo se inició cuando uno de ellos compartió a través de un mensaje múltiple, lo que sucedía con el inicio de la campaña federal 2009: que se habían presentado los mismos de siempre y que eso era injusto.
Siendo rojillo, con frecuencia recibo este tipo de mails (incluso en algún momento alguien "me suscribió" a un grupo derivado de una de las páginas del Sendero del Peje y gracias a ello me entero todo el tiempo de las últimas...), pero me llamó mucho la atención que la discusión se abriera entre mi grupo de amigos de la universidad: gente a la que yo catalogaría como "con pocos problemas económicos" y que difícilmente se queja del statu quo, pues algunos están tan bien posicionados en la política (o alguien de su familia lo está), que no tendrían mucho que criticar.
La amistad es una cosa y la política es otra, pero he de confesar que me dio mucho gusto leer comentarios de quien años atrás no hablaba mucho al respecto. Y eso me llamó a hacer este pequeño texto:
Para comenzar, he de decir que me parece muy bueno que se fijen posiciones: navegar por la mar sin una bandera equivale a hacer lo que hacían los piratas en su época. Un día bandera negra, otro de Inglaterra o de Holanda. Este mundo está hecho para que unos seamos rojos, otros azules, verdes, etc.
Enseguida, me parece también muy bueno que se intercambie información y se comente. Y es a partir de acá me permitiré contarles mi opinión, no sobre el tema político (creo que de sobra saben mis amigos que no estoy de acuerdo con que sean siempre los mismos los que andan tras los huesos, mucho menos cuando han probado su escasez de valores éticos y nula preocupación por los problemas del país -y sí por el llenado de su bolsillo-), sino sobre la necesidad de opinar y lo que considero importante para ser un buen ciudadano.
Hace casi diez años que vivo fuera de Toluca, mi tierra de nacimiento. Gracias a eso pienso (quienes han estado en una posición como la mía, estarán de acuerdo y tendrán más claro lo que digo) que solamente cuando uno ve su mundo desde afuera y lo compara contra la nueva realidad, se da cuenta del terreno que ha estado pisando.
Independientemente de que no esté de acuerdo con lo que sucede allá, me gustaría contarles que acá tampoco pinta tan bonito el mundo (será por eso que entre latinos somos tan parecidos). He encontrado tantas cosas en común, que sí quiero contarles que acá, como allá...
- vivimos en el inmediatismo: no es que estemos plenamente convencidos de algo, sino que el vaivén de la actualidad rige nuestra manera de pensar. Hoy nos indignamos por un asesinato, mañana por un político ladrón y pasado mañana por el aumento de sueldo injustificado... pero la semana siguiente habremos olvidado el tema, porque habrá uno más reciente (el dólar el 16 pesos, tal vez).
- somos medio ciudadanos: un grupo, el menos consciente, desdeña todo lo que tiene que ver con elecciones; otro conjunto (vayamos reduciendo número de participantes) vota cada periodo electoral y se olvida de su responsabilidad hasta la siguiente campaña; otra cantidad de gente -aún menor a la anterior- se activa unos meses antes de las elecciones y toma sus posiciones para poder tener nuevo tema de conversación en la sobremesa y en las reuniones amistosas (después del partido de fut, en la fiesta de la familia), y finalmente, un puñado de personajes, agremiados en algún partido o agrupación civil, aún más reducido que todos los anteriores, trata de organizarse en torno de aquellos que llevan las riendas de nuestra ciudad, estado o país. Qué casualidad que terminen siendo los mismos, ¿no?
- nos preocupamos por lo que nos afecta en lo personal, pero hemos olvidado (¿acaso lo hemos tenido alguna vez?) que el interés común debería prevalecer sobre el particular: si están matando gente en Ciudad Juárez, "nos queda muy lejos", si están pisoteando indígenas en Chiapas "es por rebeldes y carentes de educación". Ni hablar de los cientos de iraquies que mueren al día.
- trabajamos de manera totalmente aislada: déjenme contarles que acá trabajo con turismo, y que la realidad es triste. Unos contra otros (pensando que la competencia es el de enfrente y olvidando que competimos por destinos turísticos con decenas de ciudades y países), siempre haciendo caso omiso de los gremios, criticando a los sindicatos, rehuyendo de las asociaciones vecinales, cámaras de comercio... y eso que siempre nos enseñaron que trabajando en equipo se obtienen mejores resultados.
Como verán, lo que viven ustedes allá, también se vive acá. Pareciera que no tenemos ganas de aprender de los errores (¿no fue Einstein el que dijo que "si continuamos haciendo las cosas como siempre las hemos hecho, lo único que podemos esperar son los mismos resultados..."?). Por algo seremos latinoamericanos, porque siempre estamos tenemos un pie en el primer mundo (según nuestros políticos), pero el otro en la mmm....ugre de nuestra realidad: desigualdad social, nula participación comunitaria, ignorancia y corrupción.
Si aún continúan leyendo, va la respuesta al Fer (que siempre me dice... "bueno, ¿y qué propones?"):
1. Abramos espacios de debate: discutamos, debatamos, desde nuestras trincheras, desde nuestras opiniones políticas, pero pensando en el bien común (no sólo en los propios hijos, quienes los tienen) y en los valores en los que creemos. Si eres profe, fomenta el intercambio; si eres jefe, informa a tu gente; si eres papá, deja que tus hijos opinen.
2. Tengamos más interés por dar seguimiento a las cosas: no nos dejemos llevar por los medios y pensemos en el mediano y largo plazo. Si sabemos que nuestro amigo Montiel se llevó toda la plata y que lo exculparon, ¿no deberíamos tener una listita de quienes fueron los diputados que permitieron eso (perredistas, priístas, panistas, petistas, etc) y sacarlos de nuestras opciones políticas, además de mantener una permanente denuncia contra ellos? ...Si la legislación universitaria permite que el gober sea quien pone y quita candidatos ¿cómo es que sólo nos acordamos de eso cada cambio de rector?
3. Organicémonos e integrémonos: si existe un gremio de empresarios toluqueños ¿por qué no formar parte de él y tratar de cambiarlo? (tampoco creas que está en las mejores condiciones). ¿Por qué no organizar a los vecinos para compartir seguridad, actividades para los hijos, intercambio cultural...? ¿Ustedes han escuchado hablar de una organización de profesionales egresados del tec que no dependa del tec? Y que conste que no se trata de convencer a nadie de nada, sino de poder encontrar puntos de acuerdo para mejorar.
4. Integremos a las nuevas generaciones. Lamento recordarlo, pero hace ya más de 10 años que egresamos. Hace un par de lustros que dejamos los "tes" y estamos en los "tas" ¿vamos a dejar que los nuevos salgan tan "verdes" como nosotros?
Bueno, pues para variar me he extendido más de lo que pensaba, pero como ya tenía rato que no posteaba y respondía, aproveché para contarles cómo están las cosas por acá... cualquier parecido con su realidad, es mera coincidencia. ¡Buena semana!
Enseguida, me parece también muy bueno que se intercambie información y se comente. Y es a partir de acá me permitiré contarles mi opinión, no sobre el tema político (creo que de sobra saben mis amigos que no estoy de acuerdo con que sean siempre los mismos los que andan tras los huesos, mucho menos cuando han probado su escasez de valores éticos y nula preocupación por los problemas del país -y sí por el llenado de su bolsillo-), sino sobre la necesidad de opinar y lo que considero importante para ser un buen ciudadano.
Hace casi diez años que vivo fuera de Toluca, mi tierra de nacimiento. Gracias a eso pienso (quienes han estado en una posición como la mía, estarán de acuerdo y tendrán más claro lo que digo) que solamente cuando uno ve su mundo desde afuera y lo compara contra la nueva realidad, se da cuenta del terreno que ha estado pisando.
Independientemente de que no esté de acuerdo con lo que sucede allá, me gustaría contarles que acá tampoco pinta tan bonito el mundo (será por eso que entre latinos somos tan parecidos). He encontrado tantas cosas en común, que sí quiero contarles que acá, como allá...
- vivimos en el inmediatismo: no es que estemos plenamente convencidos de algo, sino que el vaivén de la actualidad rige nuestra manera de pensar. Hoy nos indignamos por un asesinato, mañana por un político ladrón y pasado mañana por el aumento de sueldo injustificado... pero la semana siguiente habremos olvidado el tema, porque habrá uno más reciente (el dólar el 16 pesos, tal vez).
- somos medio ciudadanos: un grupo, el menos consciente, desdeña todo lo que tiene que ver con elecciones; otro conjunto (vayamos reduciendo número de participantes) vota cada periodo electoral y se olvida de su responsabilidad hasta la siguiente campaña; otra cantidad de gente -aún menor a la anterior- se activa unos meses antes de las elecciones y toma sus posiciones para poder tener nuevo tema de conversación en la sobremesa y en las reuniones amistosas (después del partido de fut, en la fiesta de la familia), y finalmente, un puñado de personajes, agremiados en algún partido o agrupación civil, aún más reducido que todos los anteriores, trata de organizarse en torno de aquellos que llevan las riendas de nuestra ciudad, estado o país. Qué casualidad que terminen siendo los mismos, ¿no?
- nos preocupamos por lo que nos afecta en lo personal, pero hemos olvidado (¿acaso lo hemos tenido alguna vez?) que el interés común debería prevalecer sobre el particular: si están matando gente en Ciudad Juárez, "nos queda muy lejos", si están pisoteando indígenas en Chiapas "es por rebeldes y carentes de educación". Ni hablar de los cientos de iraquies que mueren al día.
- trabajamos de manera totalmente aislada: déjenme contarles que acá trabajo con turismo, y que la realidad es triste. Unos contra otros (pensando que la competencia es el de enfrente y olvidando que competimos por destinos turísticos con decenas de ciudades y países), siempre haciendo caso omiso de los gremios, criticando a los sindicatos, rehuyendo de las asociaciones vecinales, cámaras de comercio... y eso que siempre nos enseñaron que trabajando en equipo se obtienen mejores resultados.
Como verán, lo que viven ustedes allá, también se vive acá. Pareciera que no tenemos ganas de aprender de los errores (¿no fue Einstein el que dijo que "si continuamos haciendo las cosas como siempre las hemos hecho, lo único que podemos esperar son los mismos resultados..."?). Por algo seremos latinoamericanos, porque siempre estamos tenemos un pie en el primer mundo (según nuestros políticos), pero el otro en la mmm....ugre de nuestra realidad: desigualdad social, nula participación comunitaria, ignorancia y corrupción.
Si aún continúan leyendo, va la respuesta al Fer (que siempre me dice... "bueno, ¿y qué propones?"):
1. Abramos espacios de debate: discutamos, debatamos, desde nuestras trincheras, desde nuestras opiniones políticas, pero pensando en el bien común (no sólo en los propios hijos, quienes los tienen) y en los valores en los que creemos. Si eres profe, fomenta el intercambio; si eres jefe, informa a tu gente; si eres papá, deja que tus hijos opinen.
2. Tengamos más interés por dar seguimiento a las cosas: no nos dejemos llevar por los medios y pensemos en el mediano y largo plazo. Si sabemos que nuestro amigo Montiel se llevó toda la plata y que lo exculparon, ¿no deberíamos tener una listita de quienes fueron los diputados que permitieron eso (perredistas, priístas, panistas, petistas, etc) y sacarlos de nuestras opciones políticas, además de mantener una permanente denuncia contra ellos? ...Si la legislación universitaria permite que el gober sea quien pone y quita candidatos ¿cómo es que sólo nos acordamos de eso cada cambio de rector?
3. Organicémonos e integrémonos: si existe un gremio de empresarios toluqueños ¿por qué no formar parte de él y tratar de cambiarlo? (tampoco creas que está en las mejores condiciones). ¿Por qué no organizar a los vecinos para compartir seguridad, actividades para los hijos, intercambio cultural...? ¿Ustedes han escuchado hablar de una organización de profesionales egresados del tec que no dependa del tec? Y que conste que no se trata de convencer a nadie de nada, sino de poder encontrar puntos de acuerdo para mejorar.
4. Integremos a las nuevas generaciones. Lamento recordarlo, pero hace ya más de 10 años que egresamos. Hace un par de lustros que dejamos los "tes" y estamos en los "tas" ¿vamos a dejar que los nuevos salgan tan "verdes" como nosotros?
Bueno, pues para variar me he extendido más de lo que pensaba, pero como ya tenía rato que no posteaba y respondía, aproveché para contarles cómo están las cosas por acá... cualquier parecido con su realidad, es mera coincidencia. ¡Buena semana!
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