Pero hoy leí que no sólo son los académicos en turismo los que no quieren cambiar. He acá lo que dijo el ministro de Ciencia y Tecnología de Argentina:
"Lino Barañao, reivindicó ayer "la necesidad de intervención del Estado para articular los sistemas científico y productivo en beneficio del conjunto de la sociedad", durante un acto de la Semana de la Ciencia en Rosario. Y postuló "una nueva reforma universitaria" porque "hay dos lugares muy difíciles de cambiar: los cementerios y las universidades, porque ninguno de los que están dentro colaboran. Es más, en las universidades resisten activamente".En FLACSO ya me han dicho un par de veces que la academia es "medieval" porque tiene procesos que son tan viejos como la pelea de Galileo con el clero. Pero lo que no acabo de entender es si lo dicen con orgullo o con pena. Leyendo al ministro, lo entiendo un poco mejor: a veces es mejor apuntar con el dedo que ensuciarse con el barro. La nota completa acá
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