Eso me lleva a la importancia de las mezclas culturales, raciales, sociales. Deberíamos de decir no al chauvinismo y preocuparnos por cosas propositivas, inteligentes, innovadoras. Leo en este viaje "El hombre que amaba los perros", de Leonardo Padura, un cubano que cuenta la historia de Trosky, su asesino y el torbellino del fundamentalismo soviético staliniano que terminó de perjudicar la idea del comunismo. Qué feas son las cosas cuando las vemos a la distancia y nos damos cuenta de lo terrible de defender lo indefendible: la historia siempre lo cobra. Triste advertencia, no escuchada, para Calderón y el Peña Nieto. En un rato inicia el congreso al que vine, veremos qué tal se pone, pero antes, una última reflexión: no pierdas la memoria, pero mantén la mirada en el futuro... Y si vienes a Brasil, puedes estar seguro de que las chicas no son solo lindas, sino que además, sonríen!
Hay de aportes a aportes... Escoge tu libro y paga lo que creas que vale o compra a la Chilindrina y sé fan del Chavo...
La verdad, Sao Paulo, interesantísimo. Hasta me hace recordar los comentarios de mi amiga Marieta desaparecida.
"Rezos líquidos", les llamaría Bauman.
finalmente de diste cuenta que las Brasileras son las que merecemos?!
ResponderBorrarSam!
Hahaha!! Sûr!!
ResponderBorrar