Es sabido que una forma de evadir la realidad cuando decidiste no viajar para evitar encontrarte con la realidad de los vacacionistas citadinos que se fueron de "semana santa", es leer.
Referí en un tuit (si no sigues aún al andaryego, encuéntralo en @sam_andaryego) hace unos días, que me había topado en la biblioteca familiar con "Los protocolos de los sabios de Sión". Vaya cosa tan sorprendente e inverosímil.
El libro, teóricamente filtrado de reuniones secretas de los sabios de Sión, a finales del siglo XIX, da cuenta de una serie de textos para la dominación del mundo.
Umberto Eco debe haber tomado de acá una buena serie de ideas para el Péndulo de Foucault, pues hallo muchas similitudes (en un segundo pensamiento, me diría que incluso el de Eco es una sátira al primero).
No soy yo quien reflexionará sobre la veracidad de los protocolos, pero sí quien retomará algunas de las frases, que bajo la idea de la dominación mundial o no, me parecen muy actuales.
Dice por ejemplo el acta 10: "Empiezo hoy por repetir lo que ya he dicho y os ruego recordéis y es, que los Gobiernos y los pueblos no ven más que la apariencia de las cosas. Y cómo queréis que desentrañen su sentido íntimo cuando sus representantes no piensan más que en divertirse?"
El libro argumenta que la dominación se hará a través del poder del dinero y el debilitamiento de los gobiernos. Esto se logrará inmiscuyéndose en la educación y en el manejo de la Prensa. Hasta el momento en que se consiga que la masa, harta de gobiernos que no responden y alimentada de lujo, alcohol y cosas superfluas exija un "súper-gobierno" que lo controle todo. Ahí es donde llegaría el momento de la dominación... Qué miedo, no?
Termina el acta 10 de esta forma: "vosotros sabéis muy bien que para hacer posibles estos deseos, es necesario en todos los países, tratar de poner constantemente en pugna al pueblo con el gobierno, con el fin de cansar a todos por la desunión, la enemistad, el odio y hasta la miseria; para que los cristianos no vean otro remedio a sus males que recurrir a nuestra soberanía plena. Si damos a los pueblos tiempo de respirar, el momento favorable no llegaría tal vez jamás."
Se plantea también la designación de "títeres" (aunque no usan ese término) en el puesto de presidente, gente que podrán -quienes detentan el poder- remplazar y mover a su antojo. No te da Peña, Nieto? Esa parte pareciera salida directamente de la historia mexicana.
En fin, esta lectura sobre la amenaza judía, de contradictorias proporciones amerita sin duda la revisión, pues al final me parece que puede recibir muy diversas interpretaciones; un poco al estilo de Nostradamus, Maquiavelo, la mismísima Biblia o hasta el turismo: su valor y sabor depende de la mano en que se encuentre.
De lo que no se escapa, es de poder ser reinterpretada de manera facilota y dominguera: judíos o no, poderoso caballero es Don Dinero y casi todo -y casi todos- se pueden comprar.
Y tú, cuánto vales?
Los protocolos de los sabios de Sión. Los peligros judío-masónicos. (Estudio y comentarios críticos de M.E.Jouin). Editorial Latino Americana, 1960, México, DF.
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