En las últimas semanas en algunas zonas de Buenos Aires, particularmente barrios pobres, se han producido una serie de ajusticiamientos en los que la turba local detiene a algún ladrón, traficante o "elemento nocivo" de la sociedad y decide darle un castigo "ejemplar". Estos asuntos han llegado a situaciones extremas e incluso la muerte.
La pregunta es quién tiene, en la sociedad, el derecho de hacer justicia. Si un turba puede hacerlo por su propia mano alegando la ausencia del Estado, nos enfrentamos al riesgo de que cualquier turba se sienta entonces con el derecho de actuar y ser una especie de vengador anónimo social.
Y después viene el KKK, los revolucionarios, las guardias ciudadanas, las guardias blancas, los Caballeros Templarios y hasta las Autodefensas. Y justamente el problema es que no actúan bajo el marco de la constitución, sino de su propia interpretación de la ley: ellos deciden qué faltas son punibles y cuáles los castigos. Peligro.
Argentina es mucho menos violento que México: digamos que la violencia que vi era verbal sobre todo (unas excelentes discusiones y "puteadas", como las llaman ellos), mientras que en nuestro país de los golpes se pasa pronto a las armas. Sin embargo, ambos países comparten hoy estos ajusticiamientos que hacen pensar en el México Bárbaro de J.Kenneth Turner o los Rebeldes Primitivos de Hobsbawm.
Por ello puede ser interesante leer el artículo que aparece al respecto hoy en Página 12. Vale la pena revisar también las notas relacionadas y ver el tipo de tratamiento que les dan allá: lejos de tolerarlo, se le busca hacer frente con toda la ley. Link abajo.
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