SBS de nuevo con unos reportajes super interesantes y la lectura del "Díaz Ordaz / Disparos en la oscuridad", del señor Fabrizio Mejía. Mucho mundo que ver y harto trabajo que cuesta salir de nuestra burbujita.
Si algo me ha gustado de este programa australiano es la posibilidad de ver mundo desde la óptica de los aussies, que siempre tienen unas reflexiones claras y cortas. Puedes estar de acuerdo o no con su posición, pero es difícil de negar que los reportajes tocan temas distintos y permiten conocer otros detalles del mundo. Cosas que no siempre encuentras en los diarios: historias del pasado y actuales; reportes tecnológicos; notas de política y sobre todo notas y datos de Asia, un continente que nos queda literalmente del otro lado del mundo y que sin embargo en pocos años será un punto neurálgico en el planeta. De ahí saldrán políticas, negocios y patrones culturales que hoy ya circulan, pero aún son poco perceptibles.
El primer video que me encontré es sobre las ricas empresarias chinas que buscan maridos. No es un fenómeno chino, pues mujeres ejecutivas y exitosas que se quejan de su vida sentimental hay en todas partes del mundo. Esa difícil elección entre tener una familia, dedicarse a las labores que exige un hogar compartido y con hijos no es limitativa de aquel país. Lo interesante es que en la República Popular todo se multiplica. De acuerdo con uno de los entrevistados, son 200 millones de mujeres solteras y buscando... enorme mercado, ¿no?
El segundo, mucho más duro y complejo es sobre algo que pocos sabíamos: la rudeza de las leyes suizas de principios del siglo anterior con las madres adolescentes. Cuando uno escarba en este tipo de información es cuando se da cuenta que el primer mundo ha sido mucho más regulado de lo que uno se imagina cuando mira la torre Eiffel o la ciudad de Ginebra. Es la historia -fuerte y casi increíble para un país como el referido- de mujeres que hace 50 años tuvieron embarazos y fueron encarceladas por "locas", se les retiraron los hijos o hasta padecieron una esterilización. ¿Sabías que así se controlaba la moral y el crecimiento poblacional en el primer mundo? Y los niños se iban a unas especies de internados donde eran forzados a trabajar en el campo, tomar misa y recibir cinturonazos si se portaban mal. A no perderse.
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