21.6.14

[Reflexiones] Primera llamada: Más allá del turismo... ¿Por qué estoy en Oaxaca?

Han pasado 10 meses desde que llegué a Oaxaca (Ocsaca, dicen los parientes políticos de mi viejo). Después de una triple fractura con accidente de moto, de un par de intentos frustrados de integrarme a equipos de trabajo, de un lento avance en un proyecto personal, de la participación en una asociación y un final de tesis doctoral que aún es insípido por carecer de sustentación, comienzo a sentir que me acerco a mi razón de estar en Oaxaca.

Creo que lo descubrí hace un par de meses: se juntó el final de la tesis con un primer acercamiento a la historia de los pueblos perdidos de la sierra. Ella nos contó la complejidad de volver a la tierra de su madre desde el DF y ser una paria: sin idioma, sin familia y con unas ganas locas de estudiar algo que en el pueblo no se hace: la secundaria. Escuchar su historia de ruegos y búsquedas; de regaños, peleas y lapidaciones en la calle y de grandes esfuerzos para salir del pueblo me hizo pensar que mi tarea sería contar, contar, escribir.


Me di cuenta de pronto que en efecto la vida es una enorme rueda de reiteraciones. Ahora voy de vuelta a la escritura... Una vez más frente a unas historias que se deben contar. Hace tanto que había dejado de pensar en escribir textos largos, que he perdido su forma.

Pero ahora que leo a Celorio y su relato sobre la abuela, Cuba, la revolución y las tres lindas tías me digo que yo también tengo algo que contar. Tal vez no es el momento de hacer biografías, pero si puede ser el tiempo de mostrar lo que a diario se ve en la calle... Para mi mala suerte comienzo a sufrir de ceguera. No ceguera física, sino intelectual: es la que viven esos que de tanto ver cosas raras terminan por convencerse de que existe el gato con botas "porque el Marques de Carabas así lo dice"... o que no se asombran de saber que la china poblana lo es, porque saben que hace siglos que bajó de la nao que llegó de Filipinas. La misma que hace que no te sorprenda no la jodidez del mundo ni la extrema riqueza; ni los viajes submarinos ni la desaparición de un avión o una cascada de piedra que emana minerales... Si pocas cosas te sorprenden, de que escribir, entonces??

Tal vez de la sorprendente (esa sí) ignorancia de nuestras masas sociales, de las ridículas actitudes gubernamentales, de los diarios abusos de unos humanos sobre otros, de nuestras tristes historias de melancolías y traiciones, y de los tristes desencuentros que genera la vuelta a la tierra.

Algo está llamando al Andaryego a abrir el círculo del turismo para entrar a otras materias... y cuando esto comienza a suceder, lo riesgoso es que vienen reacciones en cadena que se suceden hasta posicionarme en una órbita nueva. Ouch, eso puede doler. Primera llamada. 

PS: En la foto, un pago a la tierra, en Yanhuitlán, donde la nueva presidente municipal intenta ¿re?instaurar una ceremonia del pago a la tierra, con fines... tradicionales, políticos y desconocidos.

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