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¿Cómo llegamos a esto?
En primera instancia me hace pensar en dos males que carcomen a nuestra sociedad y cuyos visos de solución aparecen tan lejanos y tan cercanos al mismo tiempo: la impunidad y la corrupción. Imposible hablar de una sin tener a la otra presente: en México la corrupción es un proceso complejo y común. No solo entre los políticos, sino entre los ciudadanos de a pie, como tú y como yo.
Hace un par de días leía un artículo que hablaba sobre los graves problemas de los municipios: el autor retomaba datos de una investigación que decía que "de acuerdo con Morris (2011), se ha establecido en México un sistema de instituciones informales basadas en relaciones de amistad, familiares y económicas que poco tiene que ver con la ley escrita" (Aguirre y Aburto, 2016).