Hace mucho que no tenía sentimientos tan encontrados. Ver esta película que describe con tanto realismo lo que está pasando en el país ha sido tan chocante como perderse en el interlineado de la realidad y la ficción. Así como la ley de Herodes hace más de 15 años nos mostraba la corrupción en su máximo nivel, hoy "El Infierno" nos muestra la dureza del narcotráfico, evidencia la base social sobre la que este caldo de cultivo se reproduce y termina, al menos en mi caso, por dejar al espectador mudo frente a un problema tan complejo de afrontar.
La desigualdad económica en la que un paquete de droga puede pagar el sueldo de todo un pueblo,
la cultura mexicana, en la que los corridos, el escenario de la revolución, la dureza del norte desértico y una construcción cultural nos han hecho perderle todo respeto a la muerte,
El mercado de al lado, que todo lo compra, que todo lo vende, que nos administra,
La política mexicana, a la deriva y sin planteamientos de fondo que aporten visos de solución,
Y un pueblo que parece haber aceptado la corrupción y el amor por el dinero como el órgano rector de la vida de nuestras vida, no pueden dar otro resultado que éste.
Recuerdo haber escrito hace 6 años una historia que se llamaba "México 2010". Mi mensaje en la época tampoco era esperanzador, era en realidad el inicio de un bullicio, de un nuevo movimiento social (acaso muchos mexicanos estemos atravesados por el fantasma revolucionario), pero nunca previó que el narco y la corrupción fueran a ser los actores principales... hoy, una vez más, en México la realidad ha superado a la ficción.
No sé si es película, documental o sátira pura. Sólo sé que es un triste reflejo de la realidad del norte del país... y de lo que seguirá pasando si aceptamos que el imperio de las armas sea el que quiera solucionar los problemas de México.
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