17.10.22

[Reflexiones] Soledad... o porqué el silencio es un gran compañero.

Soledad.

A la soledad se le tiene tanto miedo, que hasta se le asocia con los locos: que si son psicópatas, que si están preparando una brujería, que si nadie los aguanta, o que si son tan raros que no pueden estar en compañía... yo me río.

Y me río porque se les olvida hablar de los investigadores, de los escritores, de los directores o grandes empresarios: todos ellos necesitan tiempo para pensar, para crear. Y sí, muchas veces están solos. Pero no solos de soledad, sino solos de gusto, de amor.  ¡Sigue leyendo!

DISCLAIMER:
Si llegaste a esta página en busca de ayuda para la soledad, no te sientas solo(a), porque hay un montón de información en la red si te sientes mal. Te invito a buscarla, leer, ver videos y no hacerte daño: la vida solo es una. Por aquí hay un blog de ayuda, pero hay muchos más!


Para mí, la regla básica es que no te tienes que sentir solo, a menos de que así lo quieras. En mi óptica, hay mucho que discutirle a esto de ver a la soledad como algo malo. Incluso siento que se lo tendríamos que discutir a la sociedad. Es por eso, que desde mi silla solitaria, me di la oportunidad de hacer este texto: 

Soledad.

Es silencio.
Es escucha. Reflexión, aprendizaje. 

Es un espejo para encontrarte. Es el centro creativo de tu evolución; son estrellas en un firmamento que nunca pudiste ver; es música, es ensimismamiento sin audífonos. 

La soledad es un tú a tú con tu cuerpo, con tu mente. Es el mejor tratamiento para tus ansias. En una ecuación perfecta para hallarte y sobrevivirte.  Pocos la viven. Unos por miedo, otros porque no saben ni siquiera qué hacer con ellos mismos. 

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Es que no nos educan para la soledad: nos quieren sociales, casados, emparejados, haciendo trabajo en equipo, procreando, atendiendo a los medios, escuchando y obedeciendo a los miedos

Nos quieren sin tiempo para analizar o buscar soluciones: para ellos, las instrucciones tienen que venir del sistema, del científico erudito que las crea. No, no nos quieren en un huerto siendo independientes: nos quieren consumiendo juntos, quieren ver cerillos que se encienden (y agotan) al unísono, de 9 a 9. 

Un día nos van a decir que es la soledad, la culpable de los suicidios, no nuestro sistema de vida en plena  competición, que no nos enseña a vivir de verdad.


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Y casi siempre, cuando te das cuenta de lo maravillosa que es, ya es demasiado tarde. Ya no puedes zafar: tienes hijos y te ves forzado a aceptar que socialmente son lo mejor que te pudo pasar. Estás listo para reproducir el esquema social y darle un soldado en cada hijo para que defienda a la patria, exhalando con su sangre el último aliento. Te convertiste irremediablemente en el peón de una nación que ve individuos agrupados, no seres independientes... y si no, ¿cómo los controlaría? (¡Buenas noches Prozac-soma!)

Por eso, si llegas a viejo, aunque ya sea demasiado tarde, date una vuelta por la casa de la soledad y pregúntate qué puedes soltar, regalar, dar. Cuestiónate qué habrías cambiado, o cuántas veces fuiste víctima obediente de lo que te dijo el sistema sin pensarlo... Al menos haz el esfuerzo de verte en el espejo para preguntarle a esa imagen lo que pudo ser. 

Interrógate qué habrías sido, si en la vida te hubieses dado la oportunidad de construir otro yo, un yo solitario.

Piensa en ese libro que nunca escribiste, en la canción que no compusiste, o en la obra de arte que se quedó en idea: abandonada la ilusión, sin factura profunda, sin impronta solitaria.

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¿Y si te hubieses dado la oportunidad de ser asocial, de gozar ciertos encierros, de disfrutar de ti, de darle un abrazo a la soledad? 

¿Será demasiado tarde ahora?

Tú en pandemia: ¿cuántos libros dejaste de leer, cuántas nubes de contar?


Las gráficas vienen de acá, un proyecto que intenta entender la soledad... aunque creo que le falta un chorro. 

1 comentario:

  1. Anónimo3:08 p.m.

    Hola Sammy. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Solamente quien ha vivido la soledad y la sabe disfrutar, puede valorarla en todo su esplendor.
    Te envio un fuerte abrazo

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