26.1.20

[Reflexiones] La peligrosa Depresión. Una fórmula


La "maldita" depresión.

Hace semanas que vivo un proceso que nunca antes había sentido. Días atrás me preocupé, ayer toqué fondo y hoy salí disparado. Mucho ha tenido que ver mi lectura de "Ghost Rider. Travels on the Healing Road", de Neil Peart, ex-baterista de Rush. Su texto se acompaña de algunas frases de las canciones del grupo, lo que me ha llevado a escucharlas con detenimiento y pensar, pensar, pensar. 

Cuando tengo mucho que meditar, me voy a mi sitio arqueológico favorito y desde ahí escribo. Hoy, desde mi depresión reflexionada en Yagul, te comparto mis pensamientos.


Concluí que la depresión es autoinflingida y te sucede porque estás haciendo algo que no quieres hacer. Tu necedad/ miedo te hacen persistir y en lugar de ayudarte, te rompe las alas, te hace monótono, monocromo, buen ciudadano, soldado del sistema: quien inventó la depresión como término fue un genio del sistema de vida "en sociedad". Tratando de "curarnos" de la enfermedad del viaje y el cambio, nos vacunó sedentariedad donde emergía la semilla del nomadismo, clavándonos la estaca del "amor", de "la comunidad", del statu quo, cuando en el fondo, buscábamos una variación en nuestra existencia.

Qué hábil, este sistema, que nos inventa enfermedades para no salirnos del cotidiano, para no cuestionarlo a él, sino a nosotros mismos. El poder en turno, el "orden social", prefiere gente quieta, laboral y productiva (autoempleada y "emprendedora"), en lugar de gente que discuta, se rebele, o sea inconforme e inestable. Sí, un buen día ganó el sedentarismo porque le convenía a un grupo: es más fácil controlar a los que no se mueven, que a los que se desplazan y tienen sed de cambio.

Y ahí nos tienen a todos, preocupados por no salir del molde, por evitar que nos llamen desadaptados, raros, pesimistas, subversivos, desobedientes, depresivos: hay que mantener el trabajo, pagar la colegiatura, conservar la pareja, el amor de la familia o el de la suegra: "¡Quieto: no pienses!" "¡Quieto: no te estreses!" "Calma, no te deprimas: toma estas pastillitas. Eat me, Drink me... Madura, Alicia"

Una manzana, un premio, un bono, un aumento. "No deprimas, vamos, eres útil a la sociedad".  Eres útil porque haces, no porque pienses.

Y te insisten: "Cuando deprimes, tus pensamientos son cuestionadores, te haces daño a ti mismo, dejas de hacer tu trabajo, de ser productivo... te comienzas a preguntar para qué estás aquí. No. Eso no te sirve. Mejor busca vías de escape, psicólogos, pastillas, chochos, alcohol... sé normal."

Y así, somos más Alfas y Betas, más Mundo-Feliz-urbano que salvajes-en-los-márgenes. Mejor adentro, en el espacio controlado, adoctrinado. Somos lo que quieren que seamos, no lo que queremos ser.

El sistema, la sociedad, prefiere gente "normal", no locos viajeros o artistas cuestionadores. Necesita mano de obra, no creadores. Por eso quienes nos hartamos de lo mismo y de la monotonía somos vistos como raros, depresivos: alguien nos tiene que curar.

¿Pero de qué?

De pensar distinto, de criticar un sistema que no nos lleva a ningún lado, que nos limita la capacidad de buscar mundos alternos y filosofías diferentes: ¿todo tiene que ser en familia? ¿Todos tenemos que trabajar? ¿Se puede vivir en el nomadismo? ¿Podemos pensar en otras formas de "éxito"?

Mientras reflexionaba esto, me di cuenta que por eso he admirado tanto a los viajeros y extraños, a los que han intentado construir una sociedad distinta, también percibí que no estoy haciendo lo que quiero y necesito urgentemente hacer un "refresh" a muchas cosas de mi vida. También me di cuenta de lo mucho que coincido con Peart en varios temas. El central: que necesitamos más "Ghost Riders".

Urgen más y más cuestionadores y desadaptados que se atrevan a partir, a dejarlo todo, a salir de las redes, a buscar su propio espacio sin pedir a otros por el suyo. Agradezcamos a Hemingway, a Toulouse Lautrec, a Van Gogh, a Picasso, a Dalí, London, Chatwin, Orwell, Morrison, a los Ghost Riders desconocidos y sí, también a ti, que alguna vez lo intentaste.

No dejemos por supuesto, de recriminarte también a ti, por no haber continuado. Tal vez eso te re-anime reincidir en la "depresión" y tomar acción, porque al final, ésta solo se quita ocupándose; se quita viajando, con una buena conversa y dejando de victimizarse.

¿Qué harás en tu próximo momento "depresivo": aceptar la medicina del doctor sistema y volverte contra ti mismo, o simplemente ser tú y abrir un nuevo camino?

¡Ánimo! Sin miedo, ni temor a equivocarte.

Oaxaca, enero 2020.

PS: Te invito a leer este cuento: "Don Rey León" segunda parte de esta reflexión. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario