16.9.20

[Reseñas] Cara a cara con el planeta, de Bruno Latour. Reflexiones apropiadas para la actualidad



Introducción

En este blog se habla mucho de libros cuando no se habla de cosas personales. Y cuando se habla de cosas personales, frecuentemente vienen reflexiones acerca de sociología... incluso, con probabilidad, de medio ambiente o de la situación actual (estamos en 2020) en que nuestro mundo vino a dar un giro definitivo. Así que cuando sucede que Bruno Latour, autor muy respetado de este blog, habla de todo lo anterior, lo menos que podemos hacer es un post al respecto.

Antes debo decir, para quienes no conocen a Latour, que es un sociólogo y filósofo francés contemporáneo que creó (junto con otros) hace varias décadas la Teoría del Actor-Red, en la que plantea, entre muchas otras cosas, que para comprender a nuestro espacio es importante no solo fijarnos en los humanos, sino también en las "cosas" y en extenso los "otros seres" y "objetos" o "fenómenos" que componen nuestro espacio. Su mirada insiste en la interdisciplinariedad y sugiere que más que buscar "quién está en lo correcto", nos preocupemos por conocer "cómo" se construyen las teorías y las "realidades" de los mundos en que vivimos. En mi historia personal, Latour es el autor principal en mi tesis doctoral, así que más o menos lo conozco y he publicado varias cosas en relación a él (por acá un listado que se abrirá en otra ventana).

Una vez elaborado este resumen que por supuesto no representa todo lo que es don Bruno, me considero listo para avanzar sobre el tema que me atañe: uno de sus últimos libros, "Cara a cara con el planeta - Una nueva mirada sobre el cambio climático alejada de las posiciones apocalípticas" de 2015, traducido en 2017.

El libro

Este texto recoge ocho conferencias dictadas por Latour en la Universidad de Edinburgo, Escocia –ahí donde estudiaron personajes como Charles Darwin, Alexander Graham Bell o Bruce Chatwin– en las que profundiza sobre el fenómeno del Cambio Climático. Lo primero que me llamó la atención es encontrarme a un sociólogo insistiendo en la necesidad de acercarnos a este tema desde una visión completa y holística: sí, entenderla desde la ecología o la biología, pero también desde los negocios y la antropología o la geología, con el único fin de acuñarle un espacio en la política, para que comprendamos lo fundamental de estudiarlo, pensarlo, reflexionarlo y tomar acciones... "como si hubiéramos pasado, justamente, de un Antiguo Régimen a uno Nuevo, marcado por la irrupción multiforme de la cuestión de los climas y, cosa aún más extraña, de su vínculo con el gobierno." (p 17). 

Para mí, la reflexión central de este trabajo es mostrar la necesidad de ir a un nivel de análisis mucho más profundo acerca de cómo el cambio climático afecta nuestras vidas personales: la del barrendero, del estudiante, del profesor, sociólogo, médico, ama de casa o experto en turismo. Me parece que la irrupción de finales de 2019 del virus (fenómeno) COVID-19 es una muestra clara de cómo un evento puede impactar las vidas de TODOS los humanos al grado de detener al mundo por meses. Hoy, los fenómenos de este tipo son globales, y lo sucedido es nada, frente a lo que sucederá cuando los millones de toneladas de dióxido de carbono que emitimos al medio ambiente se conviertan en una reacción climática del planeta.

Los humanos, ese grupo de homínidos que pueblan la tierra desde miles de millones, han generado un impacto enorme, explotado los recursos disponibles, y generado la extinción de miles de especies, olvidando que cada una de ellas juegan un rol central en la producción de la vida en la pequeña capa sobre la que habitamos (unos cuantos kilómetros entre el subsuelo y el cielo), pues cada una ha aportado –a su manera y en su medida– para crear esta capa de oxígeno y carbono de la que dependemos. ¿Qué pasará cuando ésta se modifique debido nuestro impacto?


Latour, en su análisis recuerda que hace más de veinte años, a inicios de los 1990, se planteó la necesidad de generar el "Parlamento de las cosas", en el que estuvieran representados los diferentes actores no-humanos del planeta, cuya intervención es central para nuestra sobrevivencia: el clima, los bosques, las montañas, el mar, las especies en peligro de extinción, los animales domésticos, la tierra, etc. Hasta hoy, no se ha generado esta reunión de manera formal y desde la política global, no obstante, un ejercicio cercano fue hecho en Francia, como "Teatro de las negociaciones" y desarrollado por un grupo de más de 200 estudiantes que se reunieron para hacer un simulacro de esto:
"A political, diplomatic, scientific, pedagogical and artistic experiment took place in May 2015 at Nanterre-Amandiers.  Théâtre des Négociations was conceived by SPEAP (Programme d’expérimentation en art politique de Sciences Po), around Bruno Latour, the make it work-team at SciencePo and implemented by Philippe Quesne / Nanterre-Amandiers and raumlaborberlin: 200 students from all over the world took part in a simulation of the international conference of parties on climate change, the COP21 in front of an audience for 5 days." (https://raumlabor.net/le-theatre-des-negociations/

Las ocho sesiones

El libro, como se mencionó arriba, se divide en ocho secciones, de las que trataré de forma muy concisa, de dar una mirada general:

1) "Sobre la intestabilidad de la (noción) de naturaleza": En este primer apartado se llama la atención sobre la falsa dicotomía que hemos creado entre "cultura" y "naturaleza", poniéndolas siempre por separado y haciendo que los humanos nos mantengamos alejados de esta segunda, como si la primera fuese nuestra construcción y la otra algo alejado, sobre lo que no tenemos intervención. También en este capítulo se refiere al negacionismo del cambio climático y a los que llama "climatoescépticos", que se niegan a reconocer el impacto humano en esta emergencia. 

2) "Cómo no (des) animar la naturaleza": además de continuar en su insistencia del impacto humano en el cambio climático y mostrar que hace ya varios años desde la ciencia se advierte que hemos sobrepasado los índices controlables de Dióxido de Carbono, Latour insiste que hemos visto a la naturaleza como un ente carente de poder de acción o agencia y de esta manera la hemos querido –como humanidad– controlar y dirigir, pero al mismo tiempo, comenta, tampoco debemos verla como UN ser vivo completo, sino como una suma de agencias que actúan en diferentes fuerzas y según también sus necesidades. 

3) "Gaia, figura (al fin profana) de la naturaleza": presenta un análisis profundo sobre el nombre Gaia, usado por Lovelock en el libro que lo hizo famoso y en el que refiere al planeta como un ser vivo que tendería al equilibrio. Más adelante, se refiere a este nombre en la mitología (una diosa "aterradora y sensata", madre de los dioses, que desencadenará infinitas pugnas) para después concluir que debemos comprender a Gaia como un planeta que funciona gracias a la intervención de todos los seres que lo han creado: "Si hay un clima para la vida no es porque exista una res extensa en el interior de la cuál todas las criaturas residirían pasivamente. El clima es el resultado histórico de conexiones recíprocas, que interfieren las unas con las otras, entre todas las criaturas en curso de desarrollo" (p 125). 

4) "El Antropoceno y la destrucción (de la imagen) del globo": Sobre la noción del Antropoceno (la idea de llamar a la era actual del planeta de este modo, por el fuerte impacto del humano en él), Latour plantea primero un interesante debate frente al momento en que este momento iniciaría, pero también una crítica a la visión que coloca a la humanidad como un todo y no reconociendo su heterogeneidad. La visión de una "globalidad", insiste, limita la responsabilidad de cada uno de nosotros como actores de una red en la que estamos constantemente generando alteraciones en nuestros pequeños espacios de agencia. 

5) "¿Cómo convocar a los diferentes pueblos (de la naturaleza)?": la visión de cada pueblo y grupo cultural es puesta en el centro del debate, pues cada uno ha generado una cosmogonía sobre el planeta, lo que hace que su comprensión sea compleja si no se pasa por un análisis del planteamiento religioso (o incluso científico). ¿Cómo generar un espacio de reflexión en el que todos comprendamos a Gaia de un modo similar y podamos buscar soluciones comunes?  Para el autor, es importante que exista un grupo congregado bajo la noción de Gaia.

6) "¿Cómo (no) acabar con el fin de los tiempos?": Latour se pregunta por qué, aun a sabiendas de la emergencia climática, no somos capaces de tomar acciones concretas y de cambio. Una de sus teorías dice que para muchos, "el apocalipsis" o fin del mundo ya pasó y por ende, la posibilidad de un nuevo "fin del mundo" es prácticamente imposible: "Es como si hubiésemos decidido permanecer insensibles a las reacciones de cierto tipo de seres" (p 217). Es pues, para el autor, necesario generar nuevas redes de actores que haga frente al escepticismo de quienes niegan la necesidad de cambio. 

7) "Los estados (de naturaleza) entre la guerra y la paz": A partir del reconocimiento de los diferentes grupos que sostienen su manera de pensar frente al cambio climático, el autor insistirá que ha llegado el momento de plantearnos en uno de los bandos: olvidar el futuro ideal que antes se nos señaló y plantear uno nuevo desde las observaciones actuales. Ha llegado el momento, insiste, de politizar a la naturaleza, "designar a nuestros enemigos y delimitar el territorio que estamos dispuestos a defender" (p 273). 
Díganos, antes bien quién es usted, quiénes son sus amigos y sus enemigos, a quién está dispuesto a sacrificar por su felicidad, qué extranjeros pueden ponerlo en una situación tal que su existencia sea negada... y además, díganos de una vez claramente por qué deidad se siente usted convocado y protegido" (p. 275)
8) "¿Cómo gobernar territorios (naturales) en lucha?": Se presenta la experiencia del Teatro de las Negociaciones (ver arriba) y se reflexiona sobre el aprendizaje generado: la necesidad de tomar partido, de politizar el cambio climático, así como de nombrar representantes no-humanos de los distintos fenómenos y actores: 
"Si aceptan ustedes definir el territorio, no como un segmento de mapas en dos dimensiones, sino como aquello de lo que uno depende para subsistir [...] entonces toda dramatización, incluso ficticia de los actores, modificará la composición del guión. [...] Si les sorprende que se haga hablar a "Bosque", entonces también deben sorprenderse de que un presidente hable como representante de "Francia". Persona moral por persona moral."(p 293).
En su último apartado, Latour reflexionará sobre los resultados y beneficios de una propuesta como la del Teatro de las Negociaciones y cómo ésta podría ayudarnos a tomar las acciones en nuestras manos, para pasar de la expresión en la que "un Dios puede salvarnos" a la de "la Asamblea de todos los dioses [que] puede[n] aún salvarnos". De esta manera, en una construcción conjunta y amplia, plantea, se pueden hallar soluciones adecuadas a los momentos actuales.



Para concluir

Los trabajos de Bruno Latour se caracterizan por su esmerado nivel académico, pero sin duda también por su alto nivel de innovación y reflexiones que nos invitan a salir del lugar común. Tuvieron que pasar casi 25 años para que su propuesta de Parlamento de las Cosas (ver su libro "Nunca fuimos modernos" de 1991) viera la luz a través de un ejercicio de estudiantes, y sin embargo el momento no pudo ser más adecuado frente a las situaciones que vivimos hoy, en 2020 –apenas (o "ya hace")– cinco años. Resta por ver si las fuerzas del cambio seremos capaces de crecer en número de proponentes, o si el estatus quo y la hegemonía dominante cuyo parámetro es meramente económico, seguirá rigiendo. 

Por supuesto, leer a Latour implica una dosis de humor negro, pero una dotación mayor de interés por entrar en lecturas complejas, académicas y llenas de referencias inagotables, no obstante, el ejercicio de lectura es central para comprender la necesidad de trabajar en una visión global sobre el cambio climático que al mismo tiempo incluya la situación de cada uno de nosotros: ¿a quién estoy afectando con mis acciones y cómo puedo hacer para reducir o regenerar los impactos negativos que he causado? ¿Cómo competir y dar lo mejor de mí y al mismo tiempo hacer que con ello pueda sostener el esfuerzo de otros? En lo personal, siempre me hace reflexionar en los falsos debates que vivimos y leemos en la política, sobre todo la nacional, en la que la politiquería del día a día es más importante que la supervivencia de la humanidad.

Es tiempo de mirar más allá y caer en cuenta que el planeta es la nave espacial en la que surcamos el universo. Un globo cuyo funcionamiento requiere de todas las especies y "cosas" que lo conforman... no solo los humanos y sus pequeños egos. 

Comparto aquí el link al hilo en Twitter donde tomé otras notas de esta lectura. 

Latour, Bruno (2017). Cara a cara con el planeta. Una nueva mirada sobre el cambio climático alejada de las posiciones apocalípticas. Siglo XXI Editores, México. 

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