En el año 2003 un loco decidió que era tiempo de partir y dejar el pueblo. Se subió a su moto y se dijo que tendría que llegar a la Patagonia, lloviese, tronare o se cayera el cielo sobre su cabeza.
No, no fue un asunto fácil, pero sí una experiencia que le cambió la vida. Los sucesos, las complejidades y las experiencias fueron tantas que se tardó más de quince años en digerirlas y convertirlas en un libro. Fueron tantas, de hecho, que prefirió convertirlas en una novela, por aquello de que en América Latina la realidad frecuentemente supera a la ficción. ¿Qué mejor que escribir un libro ficcionado de una realidad increíble?