En las últimas semanas en algunas zonas de Buenos Aires, particularmente barrios pobres, se han producido una serie de ajusticiamientos en los que la turba local detiene a algún ladrón, traficante o "elemento nocivo" de la sociedad y decide darle un castigo "ejemplar". Estos asuntos han llegado a situaciones extremas e incluso la muerte.
La pregunta es quién tiene, en la sociedad, el derecho de hacer justicia. Si un turba puede hacerlo por su propia mano alegando la ausencia del Estado, nos enfrentamos al riesgo de que cualquier turba se sienta entonces con el derecho de actuar y ser una especie de vengador anónimo social.