Se hacen traducciones, escriben cuentos, realizan investigaciones doctorales, evalúan proyectos, asesoran grupos de trabajo; se capacita sobre la insoportable levedad del ser.
Puedo hacerte un resumen de un libro de Eco, diseñarte una estrategia de mercadotecnia o comercialización, darte una clase de inglés o francés y hasta enseñarte a manejar una moto, (de modo virtual, por ahora).
No se cantar en la calle, pero podría leerles un libro en voz alta, contarles la historia de un viaje a la Patagonia o del asombro de ver el mar gris irlandés. Sería capaz hasta de gesticular y contarles cómo fui robado por una linda morena en Roatán o de cómo logré sacar la moto de un atolladero en Chiloé, mientras los pingüinos miraban impávidos.