No hay cosa más terrible que tener elaborado un post para el blog en un IPod y que de pronto desaparezca.
En fin, retomo algunas de las ideas. Decía que la Suiza, después de dos semanas sigue mostrando muchas cosas de interés. La mirada desde el sur ha permitido comprobar que en las montañas los guías ya no trabajan con trajes de piel, cantando y con cuerdas en la cintura, pero que sí llevan cuchillos, chocolate y pan suizo para el paseo.
En Ginebra pudimos conocer la multiculturalidad aristocrática, que es muy distinta de la multiculturalidad marsellesa, por ejemplo. Lausanne es mucho más intermedia como ciudad, pero al mismo tiempo es notoria la menor desigualdad económica que se percibe en nuestra linda América latina.