Noviembre me ha tenido fuera de casa y con muchas novedades. Después del acelerado paso por Guyana que es aún un capítulo sin terminar, me moví a la Riviera Maya que sin duda es otro capítulo en sí misma. Si bien pienso abordar el tema de sus personajes, congresos e historias pronto, por ahora solo dedicaré un tiempo a un par de recomendaciones bibliográficas de vacaciones. Porque también de vacaciones vive el hombre: Herejes, de Leonardo Padura y Vicio Propio de Thomas Pynchon.
Herejes, de Leonardo Padura.
Leer a Padura es para mí como regresar un poco a Fantomette o Tintin. Es divertido y atrayente, aunque no constituye lo que llamaría literatura de alto nivel. Por supuesto, reconozco que "El hombre que amaba a los perros" es una excelente obra en la que cuenta con lujo de detalle la vida de Trotsky y la enlaza con la de Ramón Mercader, su asesino, pero al mismo tiempo pienso que sus otros relatos pierden fuerza, pasión y contenido histórico.