La alteración que causan en nuestra vida los teléfonos portátiles es un asunto muy actual. Más allá de su enorme utilidad, el hecho de que sean una especie de Aleph borgesiano muestra las enormes contradicciones a las que nos someten. Acá algunos tips importantes para una vida sin (tanta) dependencia del smartphone.
Werner Herzog, excelente documentalista, hizo hace algunos años un trabajo en el que muestra algunos casos tristes de accidentes causados por "textear" (hacer mensajes de texto) mientras se conduce. De hecho, además de estar penalizado, en los países industrializados, existen campañas para dejar de escribir, pero también para reducir el uso del teléfono. Y es que si ponemos un poco de reflexión en el asunto, pronto nos daremos cuenta de la exageración en la que hemos caído: tomamos la foto del desayuno y la subimos a las redes, buscamos la dirección en el mapa de google en lugar de preguntarle al residente, miramos el clima sin siquiera voltear al cielo, revisamos los correos mientras estamos sentados en el baño e incluso nos enamorarnos del sistema operativo, como en la reciente película "She".