Hace muchos años, quince, para ser exactos hice este viaje que cambió mi manera de pensar. Fue un viaje lejano, pero sobre todo hacia el interior: algo que me hizo cuestionarme muchas cosas de mi vida, mis intereses y lo que "me movía" hacia el futuro. Aunque ya era un apasionado del viaje, éste fue distinto porque me enfrentó a mis limitaciones. Samuel nunca más fue él mismo.
Ya he contado que cuando volví, mis notas se convirtieron en una bitácora transcrita en computadora. Tuvieron que pasar años para que se convirtiera en una novela; lustros para valorar otras cosas: la compañía de mi hermana durante algunas semanas, el significado del viaje... y la importancia de ver más allá de la propia burbuja social. Bien dicen que el tiempo es el único vehículo de reflexión.